Las personas que padecen este mal pueden presentar dolores de cabeza, espalda; así como gastritis, insomnio, etc.
A casi dos años de la llegada de la COVID-19 al país, la salud mental de los peruanos se ha deteriorado debido a la pandemia. La pérdida de algún ser querido, los temores de contagio, la incertidumbre a lo que pueda venir, entre otras preocupaciones, ha generado que el 52,2 % de la población de Lima sufra de estrés moderado a severo.
Según un estudio epidemiológico para conocer el impacto de la pandemia en la salud mental de la población adulta que vive en la capital, el estrés no es una enfermedad, pero puede tornarse en un trastorno mental cuando la persona estresada empieza a desarrollar cuadros de ansiedad y depresión.
El doctor del Instituto Nacional de Salud Mental Humberto Castillo explica que estos se expresan con el nerviosismo y cierta tensión emocional, que luego se reflejan en problemas físicos como dolores de cabeza, espalda; dolencias como gastritis, insomnio, ansiedad e irritabilidad.
Para evitar el estrés, el especialista aconseja a la población a desarrollar una vida familiar y amical valiéndose del uso de la tecnología, organizar mejor su trabajo, practicar deporte o escuchar música. De esta manera, dice, las personas evitaran que el estrés complique sus vidas.